El primer capitulo del
libro “Malinche” de Laura Esquivel trata que en el valle de Anáhuac fue
anunciada una tormenta que lavaría la sangre de la piedra. Fue después del sacrificio que la ciudad se
oscureció y se escucharon atronadoras descargas. En seguida comenzó a llover de
una manera pocas veces vista. Llovió toda la tarde y toda la noche y al día
siguiente también. Durante tres días no cesó de llover. Llovió tanto que los
sacerdotes y sabios del Anáhuac se alarmaron y sintieron que Tláloc, el dios de
la lluvia, por medio del agua, había dejado caer sobre ellos una nueva luz, una
nueva visión que daría otro sentido a sus vidas.
Ese mismo día, en la región
de Painala, una mujer luchaba por dar a luz. Su suegra actuaba como partera. El
parto fue muy complicado, hasta que de pronto la futura abuela alcanzó a ver la
cabeza de la niña, a quien nombraron Malinalli por haber nacido en el tercer
carácter, de la sexta casa.
La recién nacida, hija del
tlatoani de Painala, fue recibida por los brazos de su abuela paterna, quien lo
único que deseaba en ese momento era festejar la vida. Por lo tanto, la
deposito en los brazos de su padre y procedió a efectuar el primer ritual del
nacimiento, que consistía en el corte del cordón umbilical. Luego la abuela
deposito cuidadosamente a su nieta sobre el pecho de su nuera para que le diera
la bienvenida.
Pocos días después la niña
fue bautizada por su propia abuela. La ceremonia se realizó a la hora en que
salió el sol. Al finalizar la ceremonia, el padre de Malinalli la tomó entre
sus brazos y le dijo las acostumbradas palabras de bienvenida en las que se
expresaba el acogimiento que le daban a los recién nacidos.
Ese año de 1504, cuando el
joven Hernán Cortés pisó la isla La Española y se dio cuenta de que había un
mundo que no era el suyo, su imaginación se llenó de deseos.
Como hijo único, estaba
acostumbrado a tener todo aquello que su antojo reclamaba. Con estas
características no es de extrañar que al descubrir tierras nuevas, su mente
fuera cobijada por la ambición.
Había llegado a La Española
por su propia voluntad. Lo que había traído aparte de un delirio de grandeza y
un ansia por conocer el mundo, era un deseo de libertad. Las expectativas que
sus padres tenían puestas sobre él eran un compromiso.
Su padre nunca logro que
Hernán fuese aceptado como paje. Lo colocaron como monaguillo en la iglesia,
pero no paso de ahí. Por ultimo, Cortés asistió a la Universidad de Salamanca,
donde aprendió latín y estudió por algún tiempo leyes. Sin embargo, prefirió
levantar el ancla y zarpar al Nuevo Mundo en busca de oportunidades. Quería
demostrarle a su madre que no necesitaba de tantos estudios para tener dinero y
poder. Él deseaba ser rico.
En La Española, su futuro
dependía de él. Casi de inmediato tomó contacto con el gobernador, Nicolás de
Ovando y con varios de sus allegados.
En poco tiempo se gano la
confianza de sus jefes y no solo había ganado combates sobre los aborígenes y
ayudados a apagar revueltas, sino que había diseñado rutas y caminos para
recorrer el espacio en menos tiempo y con mucha mas seguridad, dando como
resultado que le fuera otorgada una encomienda de considerable valor en tierras
donde se sembraba caña de azúcar. Para Cortés, esto no fue suficiente. Su mente
ambiciosa no estaba satisfecha. Él necesitaba oro.
Una mañana, liberándose del
miedo de perder su buena apariencia, decidió quitarse las botas, aflojar y
despojarse de las vestimentas para sentir su cuerpo tal y como la naturaleza lo
había creado.
Caminó rumbo al mar y dejó
que las aguas lavaran sus pies.
Cuando salió del agua, se
recostó sobre la hierba y relajó su mente. El sueño lo venció por un instante y
basto para que un venenoso escorpión lo picara y descargara todo su veneno en
su cuerpo y se recuperaba milagrosamente. Observaron en él una nueva
transformación y se dieron cuenta de que su semblante proyectaba una nueva
fuerza, un nuevo poder.
En
mi opinión la abuela de Malinalli tenía presentimientos muy fuertes, pero
durante el nacimiento de su nieta lo único que quería era celebrar una nueva vida,
ya que había esperado mucho ese momento.
Con respecto a Hernán Cortés a pesar de ser
un hombre ambicioso, trabajó para mejorar las condiciones de la isla La
Española. Al llegar a la isla tenía muchas ilusiones, desafíos y logró allí cumplir
con su deseo de ser un hombre rico y poderoso.
Agustina Gauna.
Muchas gracias Me Sirvio Mucho!!
ResponderEliminarme podrian por favor dejar el link del cap. 2